Muchos clientes me preguntan: “¿Qué hago con mis ahorros? ¿Compro
una vivienda o invierto en fondos de inversión?”
A estas preguntas no hay respuestas claras. Yo les contesto:
“¿Qué fin buscas con la inversión? ¿Cuándo quieres conseguir ese fin?¿Qué
necesidades financieras tienes? ¿Tienes deudas?”
Según las respuestas a estas preguntas ya puedo dar una
respuesta que se decante más por inversión inmobiliaria o por inversión en
fondos de inversión.
Si un cliente quiere obtener rentabilidad superando
ampliamente la inflación, sin duda, le recomendaré invertir en fondos de
inversión, pero, ¡cuidado! SIEMPRE CON ESTRATEGIA Y ASESORADO POR UNA
PERSONA CERTIFICADA. Sin embargo, si un cliente responde que le hace mucha
ilusión tener una segunda vivienda en su lugar de vacaciones, le
recomendaré (antes viendo su balance financiero) comprar la vivienda.
Con lo cual no podemos confirmar que una inversión es mejor
que la otra. Dependerá de nuestras circunstancias, objetivos, balance
financiero y necesidades.
Lo que sí podemos dejar claro son las diferencias que hay
entre estas dos formas de invertir nuestro patrimonio:
1.
LIQUIDEZ DE LA INVERSIÓN: cuando invertimos
en vivienda nuestro ahorro deja de estar disponible, es ilíquido. Si
necesitamos liquidez no podemos obtenerla de forma inmediata. (desgraciadamente,
muchas veces ocurre que un inversor en vivienda necesita liquidez y tiene que
vender la vivienda a un precio inferior al que la compró y al de mercado). Sin
embargo, en fondos de inversión el dinero siempre es líquido, con lo cual el
dinero siempre está disponible y, además, se puede disponer de él parcialmente,
sin necesidad de rescatar todo el ahorro. (En una vivienda no puedes hacer ventas
parciales, tienes que vender la totalidad del activo).
2.
DIVERSIFICACIÓN: cuando invertimos en una
vivienda la diversificación desaparece; no tenemos diversificación en activos (compramos
un solo activo) ni diversificación geográfica (invertimos en una zona
concreta). Sin embargo, en un fondo de inversión la diversificación es una de
sus principales ventajas ya que diversificamos en varios activos (multitud de
empresas), en distintas áreas geográficas (fondos globales), en tipología de
activos (activos de renta fija y renta variable), diversificación por potencial
de crecimiento (podemos combinar varios sectores), diversificación temporal
(podemos dividir la inversión en corto, medio y largo plazo).
3.
RENTABILIDAD Y PLAZO: en la vivienda
obtenemos una rentabilidad ligeramente por encima de la inflación y a muy largo
plazo. Sin embargo, en fondos de inversión la rentabilidad está ampliamente por
encima de la inflación y los espacios temporales pueden ser corto plazo, medio
plazo o largo plazo (A mayor plazo, mayor rentabilidad).
4.
GASTOS: en vivienda nos encontramos con
los gastos de compra (impuestos y trámites), gastos en el mantenimiento, en la
protección de ese activo a través de seguros de hogar, gastos de suministros y
comunidad, gastos en impuestos anuales como el IBI. En fondos de inversión nos
encontramos gastos de suscripción, gestión y de la entidad depositaria.
5.
RIESGOS: en la vivienda nos encontramos
riesgos de vivienda vacía y posibilidad de ocupación, impagos de inquilinos (si
el fin es alquilar), derramas, valor volátil debido a cambios en el entorno
geográfico, volatilidad por política de vivienda, valor influenciado por la estabilidad
política del país, mercado del alquiler. En los fondos de inversión los riesgos
son de mercado, de crédito y de divisa.
Estas diferencias son las principales, luego, cada persona
tiene unas circunstancias que hace que se añadan más diferencias.
Conclusión: no es mejor una inversión que otra,
depende el objetivo que tengamos con esa inversión. Para tomar la decisión hay
que ponerse en manos de un experto y valorar la liquidez, la rentabilidad, la
diversificación y los riesgos de una y otra opción.
Lo que siempre será recomendable es estudiar opciones para
no dejar el dinero en cuenta corriente,
hay que ponerlo a trabajar para sacarle rentabilidad.
Recuerda que dejar ahorros parados no es dejar de ganar, es
perder.